SOY ADOLESCENTE, NECESITO MI ESPACIO EN LA IGLESIA
LO QUE ESPERABAMOS DESDE HACE MUCHO TIEMPO, LO TENEMOS YA...
Todos los documentos de la Conferencia del Episcopado Latinoamericano, dígase, Medellín, Río de Jeneiro, Puebla, Santo Domingo y hasta el Concilio Plenario Dominicano, nos hablan muy bien cuando se refieren a los niños y a los jóvenes, pastoral en la que estábamos encasillados. La Iglesia no había caído en la cuenta que nosotros la necesitabamos de una manera especial, es decir, no como niño, ni como jóvenes, porque no lo somos, sino como "adolescentes", que es lo que, en realidad, somos. Hoy Damos gracias al Doc. de Aparecida en el que los obispos nos tomaron en cuenta, nos dieron la importancia que realmente tenemos. Sólo una cosa falta ahora, es que los sacerdotes en su parroquia, también lo hagan.